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1 Samuel 1:9-10 NVI
Una vez, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del Señor, [10] con gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente.
En este verso podemos mirar como Ana, con gran angustia, comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente……y la pregunta que nos podemos hacer solo nos permite mirar hacia atrás y ver hace cuanto no nos acercamos a Dios, con el corazón en las manos, clamando por un milagro, pidiéndole que intervenga en nuestra situación y nos responda de manera definitiva a nuestra necesidad…
la verdad nos acostumbramos a llevar cargas que no debemos estar cargando, y todo esto por no tener la intensión o por olvidar mas bien, que tenemos un Dios, que como a Ana, responde a nuestras oraciones y mucho más cuando esas oraciones están llenas de profundo arrepentimiento o una necesidad imperiosa de recibir alivio para el cuerpo y el espíritu…
En Cristo, no deberíamos estar padeciendo por causa de la ausencia de oración, ni mucho menos por causa de la falta de convicción de un Dios que todo lo sabe, y que de manera atenta y amorosa nos escucha.
Vamos a orar…..
Señor, solo tu sabes hace cuanto no me acerco a ti, confiadamente como lo dice tu palabra, para descansar en ti, mediante la oración….me haces falta Señor, dueño de mi vida….solo tu sabes lo que me pasa y lo que siento, solo tu conoces mi dolor, mi insatisfacción y mi necesidad…..hoy vengo a ti, arrepentido de todo el tiempo que he dejado pasar de largo sin acercarme a ti….llena mi vida Señor, quita toda monotonía, toda incomodidad de mi ser y permíteme descansar completamente en tu reposo…en el nombre de Jesús . amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 3ra Temporada, 19 Abril, Hace cuanto…..
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1 Samuel 1:9-10 NVI
Una vez, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del Señor, [10] con gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente.
En este verso podemos mirar como Ana, con gran angustia, comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente……y la pregunta que nos podemos hacer solo nos permite mirar hacia atrás y ver hace cuanto no nos acercamos a Dios, con el corazón en las manos, clamando por un milagro, pidiéndole que intervenga en nuestra situación y nos responda de manera definitiva a nuestra necesidad…
la verdad nos acostumbramos a llevar cargas que no debemos estar cargando, y todo esto por no tener la intensión o por olvidar mas bien, que tenemos un Dios, que como a Ana, responde a nuestras oraciones y mucho más cuando esas oraciones están llenas de profundo arrepentimiento o una necesidad imperiosa de recibir alivio para el cuerpo y el espíritu…
En Cristo, no deberíamos estar padeciendo por causa de la ausencia de oración, ni mucho menos por causa de la falta de convicción de un Dios que todo lo sabe, y que de manera atenta y amorosa nos escucha.
Vamos a orar…..
Señor, solo tu sabes hace cuanto no me acerco a ti, confiadamente como lo dice tu palabra, para descansar en ti, mediante la oración….me haces falta Señor, dueño de mi vida….solo tu sabes lo que me pasa y lo que siento, solo tu conoces mi dolor, mi insatisfacción y mi necesidad…..hoy vengo a ti, arrepentido de todo el tiempo que he dejado pasar de largo sin acercarme a ti….llena mi vida Señor, quita toda monotonía, toda incomodidad de mi ser y permíteme descansar completamente en tu reposo…en el nombre de Jesús . amen.
MIguel Montes