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2 Corintios 2:17 NTV
Ya ven, no somos como tantos charlatanes que predican para provecho personal. Nosotros predicamos la palabra de Dios con sinceridad y con la autoridad de Cristo, sabiendo que Dios nos observa.
En los días de Pablo, algunos predicadores eran «charlatanes» que predicaban sin entender el mensaje de Dios y sin importarles lo que les pasaba a sus oyentes, y en este tiempo vemos un fenómeno parecido en muchos lugares del mundo en donde mas que conocer a Dios, lo que pulula es la necesidad de protagonizar o de buscar seguidores de personas, movimientos, ideas y perfiles de redes, mas que a la persona de Jesús.
Realmente podemos ver en muchos perfiles de ministerios que el interés primordial no es extender el reino de Dios; sino mas bien hacer su propio reino y emporios para si mismos.
Por esto mismo todos nosotros, los que predicamos a Cristo y los que decimos ser sus hijos y sus discípulos, deberíamos tener presente todo el tiempo que Dios nos observa como lo dice el verso, y esta es la realidad de todos nosotros en cada uno de nuestros días, que Dios todo el tiempo nos ve, nos observa, y conoce cuales son nuestras verdaderas intenciones a la hora de servir y de hacer cualquier cosa en la vida.
a Dios nadie lo puede engañar ni mucho menos ocultar nuestras verdaderas intensiones….por eso termina le verso diciendo, si vas a hablar no lo hagas para provecho personal, sino mas bien hazlo con sinceridad y la autoridad de Cristo sabiendo que Dios te observa.
Vamos a orar…
Perdóname Señor…solo tu conoces lo que hay detrás de cada cosa que hago y que digo y que pienso, y solo tu me conoces y ves lo que hay en lo profundo de mi corazón….ayúdame Señor a ver lo que yo no puedo ver en medio de mi gran equivocación y permíteme encontrar el camino que solo tu me puedes mostrar… quiero seguirte y quiero hacer tu voluntad, quiero estar limpio para ti, y completamente confiado de que estoy en el camino correcto de tu perfecto amor…hoy me entrego y me rindo a ti, completamente, en el nombre de Jesús, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 14 Mayo. Dios nos observa….
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2 Corintios 2:17 NTV
Ya ven, no somos como tantos charlatanes que predican para provecho personal. Nosotros predicamos la palabra de Dios con sinceridad y con la autoridad de Cristo, sabiendo que Dios nos observa.
En los días de Pablo, algunos predicadores eran «charlatanes» que predicaban sin entender el mensaje de Dios y sin importarles lo que les pasaba a sus oyentes, y en este tiempo vemos un fenómeno parecido en muchos lugares del mundo en donde mas que conocer a Dios, lo que pulula es la necesidad de protagonizar o de buscar seguidores de personas, movimientos, ideas y perfiles de redes, mas que a la persona de Jesús.
Realmente podemos ver en muchos perfiles de ministerios que el interés primordial no es extender el reino de Dios; sino mas bien hacer su propio reino y emporios para si mismos.
Por esto mismo todos nosotros, los que predicamos a Cristo y los que decimos ser sus hijos y sus discípulos, deberíamos tener presente todo el tiempo que Dios nos observa como lo dice el verso, y esta es la realidad de todos nosotros en cada uno de nuestros días, que Dios todo el tiempo nos ve, nos observa, y conoce cuales son nuestras verdaderas intenciones a la hora de servir y de hacer cualquier cosa en la vida.
a Dios nadie lo puede engañar ni mucho menos ocultar nuestras verdaderas intensiones….por eso termina le verso diciendo, si vas a hablar no lo hagas para provecho personal, sino mas bien hazlo con sinceridad y la autoridad de Cristo sabiendo que Dios te observa.
Vamos a orar…
Perdóname Señor…solo tu conoces lo que hay detrás de cada cosa que hago y que digo y que pienso, y solo tu me conoces y ves lo que hay en lo profundo de mi corazón….ayúdame Señor a ver lo que yo no puedo ver en medio de mi gran equivocación y permíteme encontrar el camino que solo tu me puedes mostrar… quiero seguirte y quiero hacer tu voluntad, quiero estar limpio para ti, y completamente confiado de que estoy en el camino correcto de tu perfecto amor…hoy me entrego y me rindo a ti, completamente, en el nombre de Jesús, amen.
MIguel Montes