Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify |
Proverbios 12:12 NTV
Cada ladrón envidia el botín del otro, pero los justos están bien arraigados y dan su propio fruto.
Cuando tienes celos de las cosas de otras personas, empiezas a justificarte a ti mismo y a buscar maneras de ver como puedes quedarte con ellas…y llegamos al limite de ambicionar lo que no es nuestro.
Entre todas las cosas que ambicionamos, David, ambicionó la mujer de uno de sus generales y Jacob, ambicionó la primogenitura de su hermano, otros ambicionaron las propiedades que los otros tenían y todo esto solo nos marca, o mas bien nos delimita los matices de la envidia y de los celos y los alcances que en nuestra vida puede llegar a tener.
Seguramente tu en este momento pensarás… yo no envidio a nadie ni tengo celos de nadie….pero al recordar que nos hemos comparado y que hemos en algún momento deseado las cosas que los demás tienen, podemos estar seguros de que este pequeño y mortal veneno de la envidia y los celos, ha querido meterse en nuestras vidas en algún momento.
Los celos destrozan a familias enteras y las relaciones entre los amigos y así mismo, como lo narra el diario de Dios, llevó a grandes disputas entre las naciones y a peleas que aun en la actualidad podemos ver, pues no han llegado a su fin.
Con todo esto podemos verificar hoy, como los celos afectan nuestras vidas y en ultimas, nos llevan a vivir vidas miserables que no encuentran la dicha en ninguna parte.
Vamos a orar
Perdóname Señor por ambicionar lo que no es mío, perdóname por compararme, pues hoy reconozco que es la raíz de la envidia y de los celos…perdóname por ese espíritu competitivo que me lleva a querer superar a los demás todo el tiempo y a no tener contentamiento con lo que tengo…hoy te entrego mi voluntad y mi ser y te pido que me limpies de toda envidia, comparación y celos, pues quiero ser libre tranquilo y moderado en mi manera de vivir…dame contentamiento con lo que tengo y ayúdame a ser la persona que tu diseñaste para que fuera desde la eternidad, en el nombre de Jesús, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 24 Mayo. ¿Cómo pueden los celos afectar mi vida?
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Proverbios 12:12 NTV
Cada ladrón envidia el botín del otro, pero los justos están bien arraigados y dan su propio fruto.
Cuando tienes celos de las cosas de otras personas, empiezas a justificarte a ti mismo y a buscar maneras de ver como puedes quedarte con ellas…y llegamos al limite de ambicionar lo que no es nuestro.
Entre todas las cosas que ambicionamos, David, ambicionó la mujer de uno de sus generales y Jacob, ambicionó la primogenitura de su hermano, otros ambicionaron las propiedades que los otros tenían y todo esto solo nos marca, o mas bien nos delimita los matices de la envidia y de los celos y los alcances que en nuestra vida puede llegar a tener.
Seguramente tu en este momento pensarás… yo no envidio a nadie ni tengo celos de nadie….pero al recordar que nos hemos comparado y que hemos en algún momento deseado las cosas que los demás tienen, podemos estar seguros de que este pequeño y mortal veneno de la envidia y los celos, ha querido meterse en nuestras vidas en algún momento.
Los celos destrozan a familias enteras y las relaciones entre los amigos y así mismo, como lo narra el diario de Dios, llevó a grandes disputas entre las naciones y a peleas que aun en la actualidad podemos ver, pues no han llegado a su fin.
Con todo esto podemos verificar hoy, como los celos afectan nuestras vidas y en ultimas, nos llevan a vivir vidas miserables que no encuentran la dicha en ninguna parte.
Vamos a orar
Perdóname Señor por ambicionar lo que no es mío, perdóname por compararme, pues hoy reconozco que es la raíz de la envidia y de los celos…perdóname por ese espíritu competitivo que me lleva a querer superar a los demás todo el tiempo y a no tener contentamiento con lo que tengo…hoy te entrego mi voluntad y mi ser y te pido que me limpies de toda envidia, comparación y celos, pues quiero ser libre tranquilo y moderado en mi manera de vivir…dame contentamiento con lo que tengo y ayúdame a ser la persona que tu diseñaste para que fuera desde la eternidad, en el nombre de Jesús, amen.
MIguel Montes