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Habacuc 3:17-18 NVI. Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; [18] aun así, yo me regocijaré en el SEÑOR, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!
He conocido muchas personas que, teniendo todo, quieren aún más. Personas que, incluso con un futuro asegurado, prefieren dejar de compartir con sus hijos y sus familias para conseguir un poco más. Y de tanto en tanto, ese poco más que desean seguramente siempre estará allí, delante de sus ojos y su mente, como algo que nunca se acaba, y terminarán sus vidas buscando tener un poco más.
Yo solo puedo decir que todo lo que tengo proviene de Dios y él nos lo da en las cantidades perfectas y justas, ni más ni menos. Y con ello, debemos alcanzar el contentamiento que nos dice la bendita palabra de Dios que debemos tener.
Solo escucha con atención de nuevo lo que dice el verso de hoy y descansa en alegrarte con lo que el Señor ya te ha dado. (Habacuc 3:17-18 NVI) Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; [18] aun así, yo me regocijaré en el SEÑOR, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!
Vamos a orar. Gracias, Señor, por todo lo que me has dado y por cada momento vivido. Hoy decido alegrarme con lo que tengo y dedicarme más bien a estar tranquilo, contento y agradecido con lo que me has permitido tener y experimentar. Si te tengo a ti, es más que suficiente, porque aparte de todo lo que me has dado, hoy puedo decir que nunca me has dejado y que eres el absoluto fiel en mi vida. Te amo, Señor, dueño de mi vida y de todo lo que tengo y lo que soy. Descanso en ti, agradecido, confiado y seguro de que sigues obrando tu perfecta voluntad en mi vida, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 5 de diciembre. ¿Para qué quieres más?
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Habacuc 3:17-18 NVI. Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; [18] aun así, yo me regocijaré en el SEÑOR, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!
He conocido muchas personas que, teniendo todo, quieren aún más. Personas que, incluso con un futuro asegurado, prefieren dejar de compartir con sus hijos y sus familias para conseguir un poco más. Y de tanto en tanto, ese poco más que desean seguramente siempre estará allí, delante de sus ojos y su mente, como algo que nunca se acaba, y terminarán sus vidas buscando tener un poco más.
Yo solo puedo decir que todo lo que tengo proviene de Dios y él nos lo da en las cantidades perfectas y justas, ni más ni menos. Y con ello, debemos alcanzar el contentamiento que nos dice la bendita palabra de Dios que debemos tener.
Solo escucha con atención de nuevo lo que dice el verso de hoy y descansa en alegrarte con lo que el Señor ya te ha dado. (Habacuc 3:17-18 NVI) Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; [18] aun así, yo me regocijaré en el SEÑOR, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!
Vamos a orar. Gracias, Señor, por todo lo que me has dado y por cada momento vivido. Hoy decido alegrarme con lo que tengo y dedicarme más bien a estar tranquilo, contento y agradecido con lo que me has permitido tener y experimentar. Si te tengo a ti, es más que suficiente, porque aparte de todo lo que me has dado, hoy puedo decir que nunca me has dejado y que eres el absoluto fiel en mi vida. Te amo, Señor, dueño de mi vida y de todo lo que tengo y lo que soy. Descanso en ti, agradecido, confiado y seguro de que sigues obrando tu perfecta voluntad en mi vida, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes