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Gálatas 6:2 NTV. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo.
Todos sabemos que, en el compartir diario, hay algo que se debe aprender y yo diría también desarrollar con el paso de los años y del tiempo, y eso es aprender a ayudar, a servir, a estar dispuesto para dar, a no esperar a que nos pidan ayuda, sino a darla de manera incondicional y sin hacer la pregunta obvia de «¿te ayudo?».
Y la verdad, como lo dice el verso de Gálatas, debemos todos ayudarnos a llevar las cargas, pues todos también, en algún momento, nos llenamos de cargas que definitivamente necesitan la ayuda de alguien, el consejo de alguien, la fuerza de alguien o la compañía de alguien.
Eso sí que es importante y necesario: contar con la compañía en el momento oportuno, de la manera oportuna y sin que se haya pedido.
En estas pequeñas cosas podemos conocer el verdadero amor, que todo lo espera y que todo lo da y que no espera nada a cambio, pues finalmente no tiene precio y de ninguna manera se puede pagar.
Vamos a orar.
Amado Dios, enséñame a servir como tú quieres que yo sirva y a darme completamente sin esperar nada a cambio. Yo te ruego, Señor, que pongas en mí ese impulso para servir que mira la necesidad y se adelanta a alguna petición de auxilio.
Quiero servir y hacerlo bien, y con ello, como lo dice tu palabra, llegar de esa manera a conocerte más y a enamorarme más de ti. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 16 de Enero. Ayúdense.
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Gálatas 6:2 NTV. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo.
Todos sabemos que, en el compartir diario, hay algo que se debe aprender y yo diría también desarrollar con el paso de los años y del tiempo, y eso es aprender a ayudar, a servir, a estar dispuesto para dar, a no esperar a que nos pidan ayuda, sino a darla de manera incondicional y sin hacer la pregunta obvia de «¿te ayudo?».
Y la verdad, como lo dice el verso de Gálatas, debemos todos ayudarnos a llevar las cargas, pues todos también, en algún momento, nos llenamos de cargas que definitivamente necesitan la ayuda de alguien, el consejo de alguien, la fuerza de alguien o la compañía de alguien.
Eso sí que es importante y necesario: contar con la compañía en el momento oportuno, de la manera oportuna y sin que se haya pedido.
En estas pequeñas cosas podemos conocer el verdadero amor, que todo lo espera y que todo lo da y que no espera nada a cambio, pues finalmente no tiene precio y de ninguna manera se puede pagar.
Vamos a orar.
Amado Dios, enséñame a servir como tú quieres que yo sirva y a darme completamente sin esperar nada a cambio. Yo te ruego, Señor, que pongas en mí ese impulso para servir que mira la necesidad y se adelanta a alguna petición de auxilio.
Quiero servir y hacerlo bien, y con ello, como lo dice tu palabra, llegar de esa manera a conocerte más y a enamorarme más de ti. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes