Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | Correo electrónico | YouTube Music |
Génesis 29:25 NVI. «A la mañana siguiente, Jacob se dio cuenta de que había estado con Lea, y le reclamó a Labán: —¿Qué me has hecho? ¿Acaso no trabajé contigo para casarme con Raquel? ¿Por qué me has engañado?»
Ayer vimos cómo Jacob engañó a su padre para que lo bendijera, a costa de todas las consecuencias posteriores que todo esto trajo, como el estar huyendo de su hermano, quien lo quería matar, y el tener que buscar una vida lejos de su tierra. Pues después del engaño, no tuvo otro remedio que huir.
Así nos puede pasar a muchos de nosotros, pues cuando decimos una mentira y engañamos y manipulamos, no hay otro remedio que huir, hasta de nosotros mismos. Pues yo creo que la vergüenza lo consume a uno después de enredar y enredar y de darse cuenta de que más de la mitad de su vida son engaños, manipulaciones, apariencias y mentiras.
En este caso, el verso nos muestra que mucho, pero mucho más adelante, el engañador profesional de Jacob, fue engañado por su suegro, al entregarle por esposa a la hermana de la mujer de sus sueños. Y nos podemos dar cuenta con este ejemplo que quien engaña, tarde que temprano le toca beber de su propia medicina.
Yo creo que tarda mucho tiempo volver a enderezar la vida y no solo demostrar con hechos que hemos dejado de ser los mentirosos que antes éramos y los manipuladores que pudimos llegar a ser con muchas cosas. Pero aún así, Dios siempre trae nuevas oportunidades para todos.
En este caso, Jacob tuvo que esperar siete años más para ser restituido con la mujer de sus sueños y con ello, deshacer uno de los engaños que la vida le dio por haber sido un engañador.
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, mis mentiras y engaños y las maneras como he tratado de conseguir las cosas que tengo. Hoy decido corregir mi vida y mi manera de hacer las cosas. No quiero nada que sea fruto del engaño ni de la manipulación, ni mucho menos de las mentiras.
Enséñame a ser verdadero en todo y a enfrentar las situaciones que tenga que asumir con la verdad, así ello me avergüence. Perdóname, Señor, te lo ruego, y haz de mí una nueva persona, llena de verdad. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 30 de Enero. Quien engaña será engañado.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | Correo electrónico | YouTube Music | RSS
Génesis 29:25 NVI. «A la mañana siguiente, Jacob se dio cuenta de que había estado con Lea, y le reclamó a Labán: —¿Qué me has hecho? ¿Acaso no trabajé contigo para casarme con Raquel? ¿Por qué me has engañado?»
Ayer vimos cómo Jacob engañó a su padre para que lo bendijera, a costa de todas las consecuencias posteriores que todo esto trajo, como el estar huyendo de su hermano, quien lo quería matar, y el tener que buscar una vida lejos de su tierra. Pues después del engaño, no tuvo otro remedio que huir.
Así nos puede pasar a muchos de nosotros, pues cuando decimos una mentira y engañamos y manipulamos, no hay otro remedio que huir, hasta de nosotros mismos. Pues yo creo que la vergüenza lo consume a uno después de enredar y enredar y de darse cuenta de que más de la mitad de su vida son engaños, manipulaciones, apariencias y mentiras.
En este caso, el verso nos muestra que mucho, pero mucho más adelante, el engañador profesional de Jacob, fue engañado por su suegro, al entregarle por esposa a la hermana de la mujer de sus sueños. Y nos podemos dar cuenta con este ejemplo que quien engaña, tarde que temprano le toca beber de su propia medicina.
Yo creo que tarda mucho tiempo volver a enderezar la vida y no solo demostrar con hechos que hemos dejado de ser los mentirosos que antes éramos y los manipuladores que pudimos llegar a ser con muchas cosas. Pero aún así, Dios siempre trae nuevas oportunidades para todos.
En este caso, Jacob tuvo que esperar siete años más para ser restituido con la mujer de sus sueños y con ello, deshacer uno de los engaños que la vida le dio por haber sido un engañador.
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, mis mentiras y engaños y las maneras como he tratado de conseguir las cosas que tengo. Hoy decido corregir mi vida y mi manera de hacer las cosas. No quiero nada que sea fruto del engaño ni de la manipulación, ni mucho menos de las mentiras.
Enséñame a ser verdadero en todo y a enfrentar las situaciones que tenga que asumir con la verdad, así ello me avergüence. Perdóname, Señor, te lo ruego, y haz de mí una nueva persona, llena de verdad. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes