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1 Samuel 16:7 NVI. «Pero el SEÑOR le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.»
Yo creo que Dios usa a personas de todas las edades para hacer su obra. Y siempre lo ha hecho, pues conocemos el caso de Moisés y Abraham, quienes, a pesar de su edad, fueron escogidos por Dios para tareas inconmensurables que nadie habría podido imaginar para hombres tan avanzados en edad. Así mismo, conocemos el caso de Sara, quien, a pesar de su vejez, fue escogida por Dios para dar a luz a quien poblaría la tierra entera y sería un estandarte guerrero de Dios.
Yo creo que nadie es demasiado viejo o demasiado joven para tener un impacto para Dios, pues la verdad es que, cuando podemos dimensionar y entender el propósito de Dios para nuestras vidas, no hay mejor herramienta que la sensatez y el despojo que solo los años pueden traer, para lograr ser herramientas útiles en las manos de Dios. Como lo dice el verso de hoy, «La gente se fija en la apariencia exterior y la edad, pero Dios se fija en el corazón.»
Así que, manos a la obra, porque no sabes cuántos años más de vida el Señor tiene para ti, para que vivas la vida en abundancia que Él te planeó y para que dejes de una vez por todas de menospreciar lo que Dios te ha dado y lo que te ha mandado a hacer.
Vamos a orar.
Amado Dios, cuánto te amo, fuerza y libertador mío. Solo tú me tienes con vida, y aunque a veces dudo y no descubro fácilmente para qué me tienes en este lugar, hoy entiendo que todo lo haces con un propósito y un por qué. Me entrego a ti, Señor, pero solo para hacer tu voluntad y no la mía. Te ruego que quites de mí toda terquedad, todo engaño y toda excusa que me impida servirte y ser la persona que tú diseñaste que fuera desde la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 27 de febrero. Para Dios, la edad es un asunto irrelevante.
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1 Samuel 16:7 NVI. «Pero el SEÑOR le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.»
Yo creo que Dios usa a personas de todas las edades para hacer su obra. Y siempre lo ha hecho, pues conocemos el caso de Moisés y Abraham, quienes, a pesar de su edad, fueron escogidos por Dios para tareas inconmensurables que nadie habría podido imaginar para hombres tan avanzados en edad. Así mismo, conocemos el caso de Sara, quien, a pesar de su vejez, fue escogida por Dios para dar a luz a quien poblaría la tierra entera y sería un estandarte guerrero de Dios.
Yo creo que nadie es demasiado viejo o demasiado joven para tener un impacto para Dios, pues la verdad es que, cuando podemos dimensionar y entender el propósito de Dios para nuestras vidas, no hay mejor herramienta que la sensatez y el despojo que solo los años pueden traer, para lograr ser herramientas útiles en las manos de Dios. Como lo dice el verso de hoy, «La gente se fija en la apariencia exterior y la edad, pero Dios se fija en el corazón.»
Así que, manos a la obra, porque no sabes cuántos años más de vida el Señor tiene para ti, para que vivas la vida en abundancia que Él te planeó y para que dejes de una vez por todas de menospreciar lo que Dios te ha dado y lo que te ha mandado a hacer.
Vamos a orar.
Amado Dios, cuánto te amo, fuerza y libertador mío. Solo tú me tienes con vida, y aunque a veces dudo y no descubro fácilmente para qué me tienes en este lugar, hoy entiendo que todo lo haces con un propósito y un por qué. Me entrego a ti, Señor, pero solo para hacer tu voluntad y no la mía. Te ruego que quites de mí toda terquedad, todo engaño y toda excusa que me impida servirte y ser la persona que tú diseñaste que fuera desde la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes