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Cantares 4:7 NTV. «Toda tú eres hermosa, amada mía, bella en todo sentido.»
En una época en la que la identidad y la seguridad de las mujeres se puede ver tan afectada por la presión social y por las múltiples maneras en que nosotros mismos hemos tergiversado la feminidad, creo yo que se hace necesario volver a pensar en el diseño original de Dios para la mujer.
Por eso, no tienes que ser como las demás, ni reír como las demás, ni bailar como las demás, ni posar como las demás lo hacen en las fotos, pues Dios hizo cada mujer con un molde único que no debe parecerse a ninguno y, más bien, procurar ser la más auténtica en todo lo que hace, piensa, y es como mujer.
El verso dice: «Toda tú eres hermosa», y qué manera tan tierna tiene Dios para reafirmar la belleza de cada mujer. Pues, además de haberlas hecho hermosas, no hace más que desestimar lo que la sociedad ha vuelto como medida de la belleza, para volver a lo básico y, más bien, entender que son amadas por Dios, como lo dice el verso: «Amada mía». Y, además de ello, exaltar la belleza completa que caracteriza a la mujer.
Pues dice el verso: «Eres bella en todo sentido». Sabemos, pues, con esto, que más que la apariencia externa y una simple fachada, lo que va por dentro es el distintivo de la verdadera belleza, llena de genuinidad, verdad, transparencia, ternura, inteligencia, amor, paciencia, alegría, tesón, determinación y gracia, suficiente para ser la mujer que Dios diseñó para que fueras.
Vamos a orar.
Amado Señor, gracias por el privilegio que me das de ser mujer, por la seguridad que tú me das y por el amor, la ternura, el perdón y la gracia que siempre me has dado. Hoy decido ser la mujer que soy, única, auténtica, feliz, agradecida y capaz que tú has hecho de mí.
Sé que tú estás conmigo todos los días de mi vida y que, si me has diseñado como mujer, detrás de todo ello hay un gran propósito para mi vida. Y quiero cumplirlo, Señor, confiada y segura. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 8 de marzo. No tienes que ser como las demás.
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Cantares 4:7 NTV. «Toda tú eres hermosa, amada mía, bella en todo sentido.»
En una época en la que la identidad y la seguridad de las mujeres se puede ver tan afectada por la presión social y por las múltiples maneras en que nosotros mismos hemos tergiversado la feminidad, creo yo que se hace necesario volver a pensar en el diseño original de Dios para la mujer.
Por eso, no tienes que ser como las demás, ni reír como las demás, ni bailar como las demás, ni posar como las demás lo hacen en las fotos, pues Dios hizo cada mujer con un molde único que no debe parecerse a ninguno y, más bien, procurar ser la más auténtica en todo lo que hace, piensa, y es como mujer.
El verso dice: «Toda tú eres hermosa», y qué manera tan tierna tiene Dios para reafirmar la belleza de cada mujer. Pues, además de haberlas hecho hermosas, no hace más que desestimar lo que la sociedad ha vuelto como medida de la belleza, para volver a lo básico y, más bien, entender que son amadas por Dios, como lo dice el verso: «Amada mía». Y, además de ello, exaltar la belleza completa que caracteriza a la mujer.
Pues dice el verso: «Eres bella en todo sentido». Sabemos, pues, con esto, que más que la apariencia externa y una simple fachada, lo que va por dentro es el distintivo de la verdadera belleza, llena de genuinidad, verdad, transparencia, ternura, inteligencia, amor, paciencia, alegría, tesón, determinación y gracia, suficiente para ser la mujer que Dios diseñó para que fueras.
Vamos a orar.
Amado Señor, gracias por el privilegio que me das de ser mujer, por la seguridad que tú me das y por el amor, la ternura, el perdón y la gracia que siempre me has dado. Hoy decido ser la mujer que soy, única, auténtica, feliz, agradecida y capaz que tú has hecho de mí.
Sé que tú estás conmigo todos los días de mi vida y que, si me has diseñado como mujer, detrás de todo ello hay un gran propósito para mi vida. Y quiero cumplirlo, Señor, confiada y segura. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes