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2 Crónicas 20:3 NTV. «Josafat quedó aterrado con la noticia y le suplicó al SEÑOR que lo guiara.»
Así como le sucedió a Josafat, después que vinieron a contarle que venía un gran ataque en su contra, de la misma manera podemos hacer nosotros cuando las malas noticias vienen y la enfermedad se acerca y toca la puerta, o algún negocio o trato no sale como pensamos, o de pronto estamos en situaciones de riesgo con los hijos, la familia y todo lo que más amamos.
Como lo dice el verso, el camino más seguro, aparte de quedarnos aterrados con las noticias que recibimos, es suplicarle al Señor que nos guíe. Eso hizo Josafat y eso mismo podemos hacer nosotros, rogarle a Dios que nos guíe, y no dejar que la precipitación nos gane, ni mucho menos la parálisis o el temor; pues el camino más seguro siempre va a ser pedirle al Señor su guía y su dirección.
Vamos a orar.
Amado Dios, tú conoces mis inseguridades, mis problemas, mis temores y cada milímetro de mis días. Yo te ruego que me guíes, Señor, y que me traigas la seguridad y el descanso que hoy necesito para vivir. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 11 de marzo. Lo que puedes hacer.
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2 Crónicas 20:3 NTV. «Josafat quedó aterrado con la noticia y le suplicó al SEÑOR que lo guiara.»
Así como le sucedió a Josafat, después que vinieron a contarle que venía un gran ataque en su contra, de la misma manera podemos hacer nosotros cuando las malas noticias vienen y la enfermedad se acerca y toca la puerta, o algún negocio o trato no sale como pensamos, o de pronto estamos en situaciones de riesgo con los hijos, la familia y todo lo que más amamos.
Como lo dice el verso, el camino más seguro, aparte de quedarnos aterrados con las noticias que recibimos, es suplicarle al Señor que nos guíe. Eso hizo Josafat y eso mismo podemos hacer nosotros, rogarle a Dios que nos guíe, y no dejar que la precipitación nos gane, ni mucho menos la parálisis o el temor; pues el camino más seguro siempre va a ser pedirle al Señor su guía y su dirección.
Vamos a orar.
Amado Dios, tú conoces mis inseguridades, mis problemas, mis temores y cada milímetro de mis días. Yo te ruego que me guíes, Señor, y que me traigas la seguridad y el descanso que hoy necesito para vivir. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes