Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 26 Mayo. Me van a remplazar…

1 Samuel 18:7-13 NTV 

Este era su canto: «Saúl mató a sus miles, ¡y David, a sus diez miles!». [8] Esto hizo que Saúl se enojara mucho. «¿Qué es esto? -dijo-. Le dan crédito a David por diez miles y a mí solamente por miles. ¡Solo falta que lo hagan su rey!». [9] Desde ese momento Saúl miró con recelo a David. [10] Al día siguiente, un espíritu atormentador de parte de Dios abrumó a Saúl, y comenzó a desvariar como un loco en su casa. David tocaba el arpa, tal como lo hacía cada día. Pero Saúl tenía una lanza en la mano, [11] y de repente se la arrojó a David, tratando de clavarlo en la pared, pero David lo esquivó dos veces. [12] Después Saúl tenía miedo de David porque el SEÑOR estaba con David pero se había apartado de él. 

Como te puedes dar cuenta cada vez estamos analizando mucho mas este tema de los celos, pues como lo puedes ver, los celos pueden convertir a los mejores amigos en enemigos.

Por eso en este verso podemos ver la  progresión de los celos de Saúl, pues al principio solo comenzó con un sentimiento de temor pequeño que le hizo pensar que David podría reemplazarlo; Luego, este sentimiento fue creciendo y Saúl resultó como muchos de nosotros en muchas ocasiones, atormentado con algo que no lo dejaba dormir ni mantener la calma y sin saber se estaba inundando por un espíritu de celos. 

Todo esto llevó a Saúl, a llenarse de una ira incontrolable, que finalmente lo condujo a intentar dañar a David, matarlo, deshacerse de el a como diera lugar, y esa búsqueda egoísta de dañar a David se convirtió en la obsesión interminable de Saúl.

A muchos de nosotros nos pasa, que dejamos entrar en nuestra mente y en el corazón, esos sentimientos de, «me van a dejar», «me están superando», «me van a dejar solo», «ya nos soy importante» y eso significa como en el caso de Saúl que seguimos llenos de celos y de comparación que finalmente nos hace saber hoy, que estamos sufriendo de envidia.

vamos a orar…

Perdón Señor, como pierdo el rumbo sin ti y abandonado en mis propias fuerzas…yo te necesito cada día de mi vida y te ruego que me ayudes a no compararme ni a hacerme películas en la cabeza que no corresponden con la realidad…me entrego a ti y te pido que me ayudes a salir de tanta comparación, celos, y envidia, pues no quiero vivir las consecuencias crueles que vienen cuando la siento, en el nombre de Jesús, amen.

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