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Proverbios 12:22 NTV El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad.
Como lo dice el verso, Dios se deleita, se agrada y le parece más que perfecto, hermoso, cuando hablamos con la verdad. Yo creo que más allá de hablar con la verdad, Dios se agrada cuando nuestra vida, de manera radical, busca la verdad.
Por otro lado, el verso nos dice que Dios detesta, y aquí debemos hacer énfasis en esta palabra para que sepamos los alcances de la mentira. Dios detesta que nosotros digamos mentiras o le demos cabida a la mentira en nuestra vida.
Solo cada uno de nosotros, en su intimidad, puede reconocer la mentira que hay en lo profundo y las maneras en que nos excusamos para mentir. La mentira que proviene del diablo se cuela fácilmente en nuestra cotidianidad y lo único que hace es enredar, enmarañar y distorsionar la bendita voluntad de Dios para nuestras vidas, pues Dios mismo es el padre de la verdad.
Vamos a orar:
Señor mío y Dios mío, solo tú conoces mis secretos y mis pensamientos, y las intenciones de mi corazón. Solo tú puedes escrutar en ellos la mentira y la verdad.
Hoy te pido que me des un corazón lleno de verdad y una vida completamente limpia y pura para ti, sin mentira, sin engaños y sin verdades a medias.
Hoy decido vivir en la verdad de tu amor y tu perdón Señor, y sacar de mi vida toda mentira que me aparte de ti y tu perfecta voluntad.
En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 19 de diciembre. Qué admira Dios de mí, parte dos
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Proverbios 12:22 NTV El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad.
Como lo dice el verso, Dios se deleita, se agrada y le parece más que perfecto, hermoso, cuando hablamos con la verdad. Yo creo que más allá de hablar con la verdad, Dios se agrada cuando nuestra vida, de manera radical, busca la verdad.
Por otro lado, el verso nos dice que Dios detesta, y aquí debemos hacer énfasis en esta palabra para que sepamos los alcances de la mentira. Dios detesta que nosotros digamos mentiras o le demos cabida a la mentira en nuestra vida.
Solo cada uno de nosotros, en su intimidad, puede reconocer la mentira que hay en lo profundo y las maneras en que nos excusamos para mentir. La mentira que proviene del diablo se cuela fácilmente en nuestra cotidianidad y lo único que hace es enredar, enmarañar y distorsionar la bendita voluntad de Dios para nuestras vidas, pues Dios mismo es el padre de la verdad.
Vamos a orar:
Señor mío y Dios mío, solo tú conoces mis secretos y mis pensamientos, y las intenciones de mi corazón. Solo tú puedes escrutar en ellos la mentira y la verdad.
Hoy te pido que me des un corazón lleno de verdad y una vida completamente limpia y pura para ti, sin mentira, sin engaños y sin verdades a medias.
Hoy decido vivir en la verdad de tu amor y tu perdón Señor, y sacar de mi vida toda mentira que me aparte de ti y tu perfecta voluntad.
En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes