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Gálatas 6:5 NVI. Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.
En la vida nos suceden tantas cosas y en las familias pasan tantas cosas que, cuando dimensionamos los alcances de nuestras acciones, terminamos culpándonos unos a otros por las acciones de terceros.
La verdad es que, desde que somos adolescentes y adultos, la cotidianidad nos va introduciendo en la escuela de la vida, en la que sí o sí hay que tomar decisiones y medir en ellas el impacto que pueden tener a nuestro alrededor.
Por eso, es claro entender lo que la palabra de Dios dice al respecto de las decisiones, y como lo dice el verso, cada uno debe cargar con su propia responsabilidad. Yo creo que, con esto, Dios mismo nos está quitando de encima esa carga tan pesada que se llama culpa.
Debemos entender que Dios, antes de sumarnos culpas, cargas, dolores y sufrimientos, lo que nos demuestra constantemente con su palabra es que no desea más que aliviar nuestras cargas, levantar nuestra mirada, sacudirnos para que reaccionemos del letargo y exonerarnos de toda culpa que proviene por las acciones de los demás.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por dejarme claro que cada uno debe cargar con su propia responsabilidad y que no debo sentir culpa ni remordimiento por las decisiones que los demás puedan tomar. Hoy descanso en ti y en tu perfecto amor que me transforma, me limpia y me llena de tu incomparable amor. Ayúdame a responsabilizarme de mis acciones, como lo dice tu palabra, y a entender que lo que hago puede tener un impacto real a mi alrededor. Tuyo soy, Señor; renueva mi vida y mi manera de pensar, pues quiero acercarme a ti y conocerte más, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 14 de Enero. No es tu responsabilidad.
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Gálatas 6:5 NVI. Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.
En la vida nos suceden tantas cosas y en las familias pasan tantas cosas que, cuando dimensionamos los alcances de nuestras acciones, terminamos culpándonos unos a otros por las acciones de terceros.
La verdad es que, desde que somos adolescentes y adultos, la cotidianidad nos va introduciendo en la escuela de la vida, en la que sí o sí hay que tomar decisiones y medir en ellas el impacto que pueden tener a nuestro alrededor.
Por eso, es claro entender lo que la palabra de Dios dice al respecto de las decisiones, y como lo dice el verso, cada uno debe cargar con su propia responsabilidad. Yo creo que, con esto, Dios mismo nos está quitando de encima esa carga tan pesada que se llama culpa.
Debemos entender que Dios, antes de sumarnos culpas, cargas, dolores y sufrimientos, lo que nos demuestra constantemente con su palabra es que no desea más que aliviar nuestras cargas, levantar nuestra mirada, sacudirnos para que reaccionemos del letargo y exonerarnos de toda culpa que proviene por las acciones de los demás.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por dejarme claro que cada uno debe cargar con su propia responsabilidad y que no debo sentir culpa ni remordimiento por las decisiones que los demás puedan tomar. Hoy descanso en ti y en tu perfecto amor que me transforma, me limpia y me llena de tu incomparable amor. Ayúdame a responsabilizarme de mis acciones, como lo dice tu palabra, y a entender que lo que hago puede tener un impacto real a mi alrededor. Tuyo soy, Señor; renueva mi vida y mi manera de pensar, pues quiero acercarme a ti y conocerte más, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes