Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify |
Efesios 4:32 NTV. «Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.»
Una de las cosas que más problemas nos causa y, además de ello, nos mantiene en retroceso, es la falta de perdón. La verdad es que nos envenenamos tan fácilmente y, aparte de ello, nos queremos quedar ahí, atascados, y sí que lo logramos.
Yo creo que nuestra humanidad no hace más que engañarnos cuando nos permitimos quedarnos en esos estados alterados de conciencia de donde no podemos salir porque nos enceguecemos y perdemos el control y no queremos perdonar, ni ser amables ni mucho menos de buen corazón.
Por eso, el verso de hoy nos dice, como una instrucción de las más amorosas y tiernas de Dios, que debemos ser amables unos con otros y perdonarnos tantas veces como sea necesario, pues Dios nos ha perdonado y, como Él lo ha hecho con nosotros, así mismo lo debemos hacer con los demás.
Así que lo más práctico en la vida es definitivamente no engancharnos con nadie ni de ninguna manera, ni mucho menos dar cabida a la falta de perdón y a la amargura que esto produce en nuestras vidas.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por recordarme que debo sacar toda espina de mi corazón, todo agravio, todo dolor y toda amargura, y en vez de ello, decidir perdonar y seguir adelante. Hoy yo decido perdonar y soltar para siempre a esa persona y el dolor que me causó, y descansar en ti, pues listo quiero estar para cuando vengas por mí, pues te espero con ansias Señor, y todo esto te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 11 de febrero. Perdona, sé amable y de buen corazón.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Efesios 4:32 NTV. «Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.»
Una de las cosas que más problemas nos causa y, además de ello, nos mantiene en retroceso, es la falta de perdón. La verdad es que nos envenenamos tan fácilmente y, aparte de ello, nos queremos quedar ahí, atascados, y sí que lo logramos.
Yo creo que nuestra humanidad no hace más que engañarnos cuando nos permitimos quedarnos en esos estados alterados de conciencia de donde no podemos salir porque nos enceguecemos y perdemos el control y no queremos perdonar, ni ser amables ni mucho menos de buen corazón.
Por eso, el verso de hoy nos dice, como una instrucción de las más amorosas y tiernas de Dios, que debemos ser amables unos con otros y perdonarnos tantas veces como sea necesario, pues Dios nos ha perdonado y, como Él lo ha hecho con nosotros, así mismo lo debemos hacer con los demás.
Así que lo más práctico en la vida es definitivamente no engancharnos con nadie ni de ninguna manera, ni mucho menos dar cabida a la falta de perdón y a la amargura que esto produce en nuestras vidas.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por recordarme que debo sacar toda espina de mi corazón, todo agravio, todo dolor y toda amargura, y en vez de ello, decidir perdonar y seguir adelante. Hoy yo decido perdonar y soltar para siempre a esa persona y el dolor que me causó, y descansar en ti, pues listo quiero estar para cuando vengas por mí, pues te espero con ansias Señor, y todo esto te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes