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Santiago 1:18 NTV. «Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.»
No hay nada más perfecto que la voluntad de Dios; y la verdad para nosotros siempre resultará muy difícil entenderla, si no lo hacemos a través de su palabra, pues en ella encontramos con seguridad y precisión todas las instrucciones para vivir.
En esta frase podemos ver cómo la palabra da a entender regeneración, cambio de vida, nacer de nuevo, ser unas personas diferentes, tranquilas, confiadas, seguras y llenas de esa paz que sobrepasa todo entendimiento; y esta experiencia solo se puede entender y solo se puede llegar a ella si comprendemos verdaderamente el mensaje de libertad, perdón y amor incondicional que Dios nos da.
Esta acción no se da por un simple deseo, sino que viene a nosotros como una expresión activa de la voluntad de Dios, la cual Él siempre tiene el poder de cumplir a perfección. Por eso podemos entender que la voluntad soberana de Dios es la fuente de esta nueva vida. Es Dios mismo quien nos regenera de nuestro pecado por medio del poder de su palabra y nos prepara para que seamos evidencia de su gracia al vivir confiados en Él.
Y como dice el verso (Santiago 1:18 NTV): «Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.»
Vamos a orar.
Gracias, Señor, porque aún a pesar de mí, soy tu valiosa posesión. Gracias por darme la oportunidad de nacer de nuevo y con ello recuperar el diseño original que tú planeaste que viviera. Es tu palabra mi descanso, mi dicha, mi reposo y mi motor, y por eso te pido que me ayudes a entenderla, a buscarla y a hacerla parte de mi vida, pues tuyo soy y tuyo quiero ser todos los días de mi vida. Fuera de ti nada tengo, Señor. Decido buscarte y aprender conscientemente quién eres tú, para de esta manera entender lo que me pasa, lo que siento y lo que quieres de mí, y esto te lo pido agradecido y confiado en el nombre de Jesús, amén
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 18 de febrero. Regenerado.
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Santiago 1:18 NTV. «Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.»
No hay nada más perfecto que la voluntad de Dios; y la verdad para nosotros siempre resultará muy difícil entenderla, si no lo hacemos a través de su palabra, pues en ella encontramos con seguridad y precisión todas las instrucciones para vivir.
En esta frase podemos ver cómo la palabra da a entender regeneración, cambio de vida, nacer de nuevo, ser unas personas diferentes, tranquilas, confiadas, seguras y llenas de esa paz que sobrepasa todo entendimiento; y esta experiencia solo se puede entender y solo se puede llegar a ella si comprendemos verdaderamente el mensaje de libertad, perdón y amor incondicional que Dios nos da.
Esta acción no se da por un simple deseo, sino que viene a nosotros como una expresión activa de la voluntad de Dios, la cual Él siempre tiene el poder de cumplir a perfección. Por eso podemos entender que la voluntad soberana de Dios es la fuente de esta nueva vida. Es Dios mismo quien nos regenera de nuestro pecado por medio del poder de su palabra y nos prepara para que seamos evidencia de su gracia al vivir confiados en Él.
Y como dice el verso (Santiago 1:18 NTV): «Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.»
Vamos a orar.
Gracias, Señor, porque aún a pesar de mí, soy tu valiosa posesión. Gracias por darme la oportunidad de nacer de nuevo y con ello recuperar el diseño original que tú planeaste que viviera. Es tu palabra mi descanso, mi dicha, mi reposo y mi motor, y por eso te pido que me ayudes a entenderla, a buscarla y a hacerla parte de mi vida, pues tuyo soy y tuyo quiero ser todos los días de mi vida. Fuera de ti nada tengo, Señor. Decido buscarte y aprender conscientemente quién eres tú, para de esta manera entender lo que me pasa, lo que siento y lo que quieres de mí, y esto te lo pido agradecido y confiado en el nombre de Jesús, amén
MIguel Montes