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Génesis 4:3 NTV. «Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para el SEÑOR.»
En este caso, hoy podemos analizar un poco la vida de Caín, un hombre que, cuando se desilusionaba, reaccionaba con ira y, además de ello, un hombre que elegía la opción negativa, aún cuando se le presentara una alternativa positiva. Fueron tantos los tropiezos de Caín, que terminó siendo el primer asesino de la humanidad.
Por otra parte, Caín también tuvo fortalezas y logros, como ser el primero en seguir la profesión de su papá como horticultor y agricultor, además de ser el primer niño de la humanidad. Y yo creo que, con Caín, podemos aprender muchas lecciones de vida, como que el enojo no necesariamente es pecado, pero las acciones motivadas por el enojo sí pueden ser pecaminosas.
También, con Caín, podemos reconocer que debemos reorientar las emociones de nuestro enojo hacia las acciones correctas y no hacia las malvadas, y que lo que ofrecemos a Dios debe brotar del corazón con todo lo que seamos y tengamos.
Como lo dice el verso de hoy (Génesis 4:3 NTV), «Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para el SEÑOR.» Y hoy, termina el segundo mes del año, la segunda cosecha de las doce que tenemos, y la pregunta para cada uno de nosotros puede ser: ¿Señor, te he entregado lo mejor de mi cosecha?, ¿te he puesto en el primer lugar en lo que va del año?, ¿he sido fiel contigo, así como tú lo has sido conmigo?
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, por las cosechas de enojo que han brotado de mi corazón, perdona mis inseguridades, mi desidia y mi ausencia de ti. Sabes que anhelo entregarte lo mejor de mi cosecha y que mi más grande deseo es tenerte a ti en el primer lugar para todas las cosas de mi vida. Quiero serte fiel y amarte, pues tuyo soy y solo quiero una eternidad a tu lado. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 28 de febrero. Segundo mes, segunda cosecha.
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Génesis 4:3 NTV. «Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para el SEÑOR.»
En este caso, hoy podemos analizar un poco la vida de Caín, un hombre que, cuando se desilusionaba, reaccionaba con ira y, además de ello, un hombre que elegía la opción negativa, aún cuando se le presentara una alternativa positiva. Fueron tantos los tropiezos de Caín, que terminó siendo el primer asesino de la humanidad.
Por otra parte, Caín también tuvo fortalezas y logros, como ser el primero en seguir la profesión de su papá como horticultor y agricultor, además de ser el primer niño de la humanidad. Y yo creo que, con Caín, podemos aprender muchas lecciones de vida, como que el enojo no necesariamente es pecado, pero las acciones motivadas por el enojo sí pueden ser pecaminosas.
También, con Caín, podemos reconocer que debemos reorientar las emociones de nuestro enojo hacia las acciones correctas y no hacia las malvadas, y que lo que ofrecemos a Dios debe brotar del corazón con todo lo que seamos y tengamos.
Como lo dice el verso de hoy (Génesis 4:3 NTV), «Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para el SEÑOR.» Y hoy, termina el segundo mes del año, la segunda cosecha de las doce que tenemos, y la pregunta para cada uno de nosotros puede ser: ¿Señor, te he entregado lo mejor de mi cosecha?, ¿te he puesto en el primer lugar en lo que va del año?, ¿he sido fiel contigo, así como tú lo has sido conmigo?
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, por las cosechas de enojo que han brotado de mi corazón, perdona mis inseguridades, mi desidia y mi ausencia de ti. Sabes que anhelo entregarte lo mejor de mi cosecha y que mi más grande deseo es tenerte a ti en el primer lugar para todas las cosas de mi vida. Quiero serte fiel y amarte, pues tuyo soy y solo quiero una eternidad a tu lado. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes